Efecto Boomerang.

La vida está llena de sorpresitas agradables y otras no tan agradables. Yo creo que todo lo que haces de alguna forma u otra te será devuelta, algo así como un efecto boomerang - o como le llamaría Chelle: Karma.

Resulta que varios meses atrás yo iba de camino a casa de mis padres en un autobús cuando al lado de mi asiento me encontré un celular Treo 650, idéntico al mío. Mi primera reacción fue de sorpresa acompañada de alegría, pero la segunda fue de rabia porque sólo hacia un mes y medio que yo tenia de haber comprado mi celular… el cual me costó mucho porque lo compré para usarlo con cualquier compañía. Después de pensarlo por dos minutos decidí llamar al dueño y entregárselo.

Él, un muchacho de algunos 20 años, llegó a la casa una hora más tarde y le devolví su celular. No recuerdo su nombre, pero él estaba muy agradecido y me quería dar dinero. Le dije que lo dejara así y le pregunte si había visto la película Pay it Forward. Él respondió que no, a lo que procedí a contarle brevemente la historia de la película y le propuse que si era posible que devolviera lo que sea que él se encontrara a su dueño, como yo hice con él. Me respondió que si y muy jubilosamente se marchó.

Recientemente, me pasó algo similar con una joven tejana, Karissa, quien perdió su cartera en una estación del subway. En la noche, al encontrarme con ella y devolverle la cartera me quiso dar dinero. También lo negué y le propuse lo mismo y de igual manera me dijo que si.

Esta vez era tiempo para que el boomerang regresara y esta semana yo fui el beneficiado del buen gesto de otra persona. El martes perdí mi celular después haber tratado varias veces de comunicarme con Melissa. Tenía que llamarla para avisarle que ya había llegado a mi apartamento. También tenía que mandarle un email a uno de mis profesores y decidí hacerlo con mi laptop desde las escaleras del edificio, de esa manera no despertaría a mi room-mate que lo mas seguro estaba soñando de sus días de niñez en La Habana. Después de tratar varias veces de comunicarme en vano con Melissa mandé el mail y me fui a acostar.

Unas horitas luego, amaneció y en el momento me di cuenta de que no tenía mi celular donde siempre lo pongo. Recordé que la ultima vez que lo vi, yo lo había puesto a mi lado en la escaleras y fui a buscarlo. Salí a donde me había sentado con la laptop, y claro, ya no estaba. Lo busqué por todos lados y nada de aparecer. Ya en la tarde cuando estaba seguro que no estaba en el apartamento, pregunte puerta por puerta con Melissa y nada. Mi mayor preocupación no era el aparato ni la perdida de los datos los cuales están archivados en mi computadora, sino toda información sensible y algunos de los contactos que tengo de personas que son publicas, especialmente en NY. No quería ser el responsable de que un idiota tuviera el acceso a muchos de esos números.

Mi día con cada hora que pasaba se volvía mas agonizante, y como nadie en este edificio me conoce dudé mucho el retorno del celular. Pero Dios siempre tiene a sus ángeles trabajando por él, y en la noche mi room-mate me llamó al celular de Melissa para decirme que un vecino que vive en el 5to piso lo había encontrado en la escalera y que había ido a entregarlo. Al regresar más tarde, encontré mi celular cargándose en mi escritorio y sin pensarlo dos veces lo agarré y le activé el código para poder tener acceso a la toda infomacion de contactos.